El Bismarck fue el primero de los dos acorazados clase Bismarck construidos para la Kriegsmarine alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Nombrado en honor del canciller Otto von Bismarck, promotor de la unificación alemana en 1871, el barco fue puesto en grada en los astilleros Blohm & Voss de Hamburgo en julio de 1936 y botado dos años y medio después, en febrero de 1939. Se completó en agosto de 1940, cuando fue puesto en comisión en la armada alemana. Junto con su gemelo Tirpitz, el Bismarck fue el acorazado más grande jamás construido por Alemania y uno de los mayores botado por cualquier armada europea.
El Bismarck sólo participó en una operación ofensiva, de
nombre en código Rheinübung, en mayo de 1941. En ella, junto con el crucero
pesado Prinz Eugen, tenía la misión de irrumpir en el Océano Atlántico y atacar
la navegación Aliada entre Norteamérica y Gran Bretaña. Sin embargo, ambos
buques fueron localizados en numerosas ocasiones frente a Escandinavia, y
varias unidades navales británicas fueron desplegadas para bloquear su ruta. En
la Batalla del Estrecho de Dinamarca el Bismarck destruyó el crucero de batalla
HMS Hood, orgullo de la Real Armada Británica, y dañó seriamente el HMS Prince
of Wales, forzando su retirada. Por contra, el Bismarck recibió impactos de
tres proyectiles británicos y sufrió una importante pérdida de aceite de un
tanque dañado.
La destrucción del Hood desencadenó una búsqueda incesante
por parte de la Real Armada Británica, que desplegó para ello docenas de
barcos. Dos días después, navegando hacia las relativamente seguras costas de
la Francia ocupada, el Bismarck fue atacado por aviones torpederos Fairey
Swordfish del portaaviones HMS Ark Royal. Uno de los torpedos lanzados destrozó
el timón del acorazado alemán dejándolo imposible de maniobrar. La mañana
siguiente, el Bismarck fue atacado y hundido por dos acorazados británicos. La
causa última de su hundimiento no está clara: la Real Armada Británica defendió
que fueron los torpedos lanzados desde el HMS Dorsetshire los que le dieron el
golpe fatal, pero los marinos supervivientes alemanes sostienen que ellos
echaron a pique su acorazado. En junio de 1989 Robert Ballard descubrió la
localización del pecio del Bismarck. Desde entonces, diversas expediciones han
examinado los restos del navío para documentar su estado y determinar la causa
final de su hundimiento.
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